La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda dar lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, y luego introducir la alimentación complementaria y mantener la lactancia hasta el año. Por eso, hoy en día todo el mundo sabe de sobra que lo mejor para el bebé es la lactancia materna. Eso es innegable, la leche materna contiene todos los nutrientes esenciales para el bebé y es un alimento totalmente natural. Protege al bebé de alergias, diabetes y obesidad. Además, entre sus ventajas está que la llevas a todas partes y es gratis. Pero también tiene desventajas, principalmente que no puede ser una tarea compartida con la pareja y se crea una gran desigualdad en la crianza. Motivos por los cuales opino que la lactancia materna está sobrevalorada, ya que solo se explican las ventajas (que son muchas) pero no las desventajas (que también las hay).
Elegir entre la lactancia materna o la lactancia artificial es una decisión muy personal. Hay mujeres que eligen dar el pecho y lo disfrutan. Otras mujeres que quieren dar el pecho, pero se les hace muy doloroso o complicado y deciden abandonarlo y pasar al biberón. Y otras mujeres que deciden no dar el pecho por los motivos que sean, prefieren optar por la lactancia artificial y dan directamente el biberón.
Todas se merecen respeto, ninguna debería ser juzgada ni tener que andar justificando su decisión
Pero no es así. Hay abierta una guerra entre madres que parece no acabar. Es por eso por lo que siento la necesidad de escribir este post. Y yo pregunto, ¿tan increíblemente ventajosa es para el bebé la leche materna? Sinceramente creo que -y que conste que es mi opinión- la lactancia materna está sobrevalorada. A nivel nutricional es mejor, eso es indudable, es más natural e idónea para el bebé. Comparar la leche materna con la leche de fórmula es como comparar una compota de fruta casera recién hecha con un potito industrial. Pero se le da un aire místico y una fama de tener muchas otras ventajas más allá del poder nutricional.
Hay afirmaciones que he leído por la red y que no estoy para nada de acuerdo
- Dar el pecho hace que no se pongan enfermos. FALSO. Tras varios años trabajando con niños doy fe que se ponen enfermos igual. Todos, coman lo que coman. Si no ni se molestarían en ponerles vacunas. He tenido muchos bebés de pocos meses que tomaban pecho y estaban con bronquitis, otitis, fiebre, etc.
- Si no das el pecho no vas a crear un vínculo afectivo madre-bebé. FALSO. Y además me parece muy cruel afirmarlo. El vínculo afectivo no se crea por dar de comer si no por abrazar, hablar, sonreír, mirar, besar. Si no las madres adoptivas no crearían nunca un vínculo con su hijo, ni los padres. Puedes dar el pecho mirando el Twitter o dar un biberón mientras le acaricias. No es el tipo de comida lo que crea esa relación especial si no las interacciones del día a día.
- Los niños que toman pecho son más inteligentes. FALSO. La inteligencia viene dada por la herencia genética, la educación y el contexto, no por la comida. Hay generaciones enteras alimentadas con pecho y con pluralidad de inteligencias, y viceversa.
- Los niños que toman pecho serán más altos. FALSO. Si claro, y más guapos. La altura viene dada por la herencia genética y por la alimentación al largo de la infancia y adolescencia, no solo durante los primeros meses. Ya puedes dar pecho que si los padres son bajitos no va a ser jugador de la NBA.
- Es un momento precioso entre madre e hijo. DEPENDE. Es cierto que, si se tiene una lactancia fácil o cuando ya está consolidada, puede ser un momento íntimo y bonito. Pero cuando a la lactancia la acompaña el dolor, las grietas, las mastitis, puede ser un infierno. Y dando biberón la madre también puede tener un momento precioso, al igual que el padre.
Es por eso por lo que considero que, aún siendo la mejor opción a nivel de salud, la lactancia materna está sobrevalorada.
Espero no arder en la hoguera por decir todo esto. Sé que hay algunas que van a poner el grito en el cielo, y mi intención no es crear polémica, pero sí romper con mitos que no hacen más que culpabilizar a madres que, por el motivo que sea, han decidido dar biberón y no pecho. Madres como yo.
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