Todos los niños/niñas tienen celos en mayor o menor medida. Pero no hay que preocuparnos, los celos entre hermanos son algo normal y natural. Forman parte de la vida de cualquier niño/niña con hermanos. Tengan la edad que tengan, sean el mayor o el pequeño, en algún momento u otro sufren celos.
Y no todos los niños lo viven igual. Unos lo exteriorizan y lo muestran con las típicas pataletas o peleas, otros más mayores lo verbalizan abiertamente, y otros se lo guardan para dentro. No caigamos en estereotipos ni en generalizaciones.
Puede que con la llegada del hermanito o hermanita estén emocionados, pero luego, en cuando el bebé empiece a acaparar la atención, empiecen a aflorar los celos. O puede que, según vayan creciendo, tengan etapas o momentos de más o menos celos. Cada niño/niña es un mundo y lo vive a su manera.
Puntos imprescindibles para una eficiente gestión de los celos entre hermanos
A continuación os muestro unas estrategias educativas para lidiar con los celos entre hermanos, que no solo os recomiendo aplicar, sino que también los aplico yo misma en mi día a día como madre.
- Debemos entender los celos entre hermanos como un proceso normal y natural. No debemos catalogar los celos como algo negativo, son absolutamente normales y naturales. El primer hijo está acostumbrado a tener a sus padres disponibles solo para él, a ser el rey o la reina de la casa, y de repente llega un bebé con el que tiene que compartir. Aunque hayamos preparado muy bien a nuestro hijo, pueden aparecer los celos de diversas maneras y en distintas etapas de su vida juntos. A medida que van creciendo los celos pueden seguir presentes o incluso aparecer con más intensidad y en forma de rivalidad.
- Dar atención individualizada.Es muy importante que les demos, en la medida de lo posible, tiempo de atención individual a cada hijo. Pasar tiempo a solas con cada uno por separado es muy necesario. Esto puede llegar a ser complicado con la rutina que llevamos día a día, pero podemos buscar momentos individuales. Por ejemplo, en el momento de dormir podemos ir una noche con cada hijo y contarle unos cuentos a solas, para mostrar afecto y estrechar lazos. Aunque sea un momento corto puede ser muy especial.
- Tener su propio espacio. Cada hijo necesita su propio espacio. No importa si es una habitación o, si tienen que compartirla, un lado de esta, pero es importante que cada hijo sienta que dentro de nuestra casa tiene su lugar propio. Y hay que hacer que este espacio propio sea respetado, sobre todo a medida que crezcan. No es solo el espacio físico, son los juguetes, los objetos especiales. Con eso no digo que no eduquemos en compartir, pero también en respetar su espacio.
- Trabajar la expresión emocional. Los celos muchas veces son difíciles de gestionar porque son complicados de expresar emocionalmente. Debemos ayudar a nuestros hijos a reconocer y expresar estas emociones. Ayudarlos a poner palabras a sus sentimientos. Hay que explicarles que es normal que sientan celos, que no pasa nada malo, y que si se sienten así en algún momento es mejor decirlo que enfadarse y guardárselo. Que aprendan a pedir atención y afecto cuando se sientan tristes. La educación emocional es básica para una buena salud.
- Parar el comportamiento agresivo. Ante los comportamientos agresivos, si es que aparecen, hay que poner límites y pararlo de inmediato, pero desde la calma. Si hay peleas o enfados con agresividad, hay que pararlos, pero sin gritar ni castigar. Debemos parar el acto sin ser agresivos, y posteriormente hablamos para escuchar el motivo, intentamos entenderlo, dejamos que expresen sus emociones libremente y les damos amor para que se sientan mejor.
Los celos entre hermanos tienen una potente carga emocional. No debemos ignorarlos, pero tampoco penalizarlos o castigarlos. Hay que darles mucho amor y mostrarles que los queremos, que son importantes para nosotros y que, aunque nos tengan que compartir, eso no significa que dejen de ser queridos ni especiales para nosotros.