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La Técnica Pomodoro para estudiar

La Técnica Pomodoro para adolescentes

La Técnica Pomodoro para los adolescentes es muy conocida entre las diferentes técnicas de hábitos de estudio. Su origen viene de los años ochenta, cuando un estudiante universitario empeñado en acortar sus horas de estudio sin que esto repercutiera en su rendimiento, comenzó a probar distintos métodos hasta encontrar la combinación más eficaz.

Con la ayuda de un reloj de cocina con forma de tomate, descubrió, tras varias pruebas, una combinación entre periodos de trabajo y descanso capaz de aportarle mejor resultado en menos tiempo. La Técnica Pomodoro, llamada así por él mismo, no solo ha sobrevivido hasta nuestros días, sino que se ha convertido en una de las herramientas de productividad más seguidas a nivel mundial.

La Técnica Pomodoro tiene como base que, con cada parada que destinamos a desconectar de la tarea principal, mejora nuestra agilidad mental y concentración en los tramos que dedicamos a la misma. De esta forma, la productividad en el trabajo puede aumentar considerablemente.

¿Cómo se utiliza la Técnica Pomodoro?

Para que realmente funcione la Técnica Pomodoro y sea efectiva debe ponerse en práctica en el siguiente orden:

  • Planificación de los objetivos, que sean alcanzables y realistas, y fijando un límite temporal para conseguirlos. Por ejemplo: leer y subrayar la lección, o hacer un esquema de lo más importante.
  • Preparación del dispositivo de medición, ya sea el temporizador en forma de tomate, un cronómetro, o un reloj, para que nos avise al finalizar cada período. No recomiendo usar el móvil como medidor, pues en los adolescentes suele ser una gran tentación a la distracción.
  • Inicio de la fase de trabajo (25 minutos), en la que debemos mantener una concentración total y evitar cualquier interrupción hasta el aviso de la alarma. Importante para conseguirlo, sobretodo en los adolescentes, tener el móvil y las redes sociales fuera de la habitación.
  • Descanso (5 minutos), donde debemos alejar nuestros pensamientos, lo máximo que podamos, de la labor anterior, para así despejarnos. Por ejemplo: salir de la habitación para ir a beber un vaso de agua, o mirar un momento las redes sociales. Pero es indispensable que este descanso no se alargue más de la cuenta.
  • Se repite cíclicamente el procedimiento hasta terminar con los objetivos. Se debe alternar siempre tramo de actividad a máximo rendimiento (25 minutos) con su posterior pausa de desconexión (de 5 minutos).

Adaptar la técnica a las necesidades del adolescente

Debemos tener en cuenta que no todos los adolescentes son iguales. La efectividad de la Técnica Pomodoro tendrá relación con su edad, su modo de adaptarse a la situación, y su capacidad de concentración. Con un chico o chica que no tenga unos hábitos de estudio instaurados, es muy posible que le cueste al principio mantener la alta concentración durante 25 minutos o no alargarse de más durante las pausas de 5 minutos. Del mismo modo que no tendrá la misma capacidad de estudio un alumno de primero de secundaria que uno de cuarto, ni el mismo volumen de tareas académicas.

Vuestro papel como padres y madres es, al inicio, ayudarle a instaurar, de forma progresiva y gradual, la Técnica Pomodoro como hábito de estudio. Ayudarle marcando las pautas, supervisando que cumpla sus tiempos, y que no cae en distracciones, para después, a medida que sea más autónomo, irse retirando poco a poco. Y, sobretodo, reforzar positivamente su esfuerzo y sus logros, por pequeños que sean, para mejorar así su autoestima y motivación.

Alternativas más tecnológicas para los adolescentes

Aunque he recomendado no usar el móvil como medidor de tiempo de tarea y descanso, ya que este puede ser una gran tentación a la distracción para el adolescente, y también he recomendado mantenerlo fuera de la habitación durante el tiempo de tarea, hay algunas alternativas para hacer Técnica Pomodoro más tecnológica y atractiva. 

Os recomiendo leer el anterior artículo donde hablo de diferentes apps para ayudar a controlar el tiempo de pantallas. Estas apps, no solo ayudan a compatibilizar y pautar el tiempo, si no que el estudiante consiguen retos y mensajes motivadores. Y, además, estas apps bloquean el uso de las redes sociales durante el tiempo de tarea, por lo que tener el móvil al lado no supone una distracción. Sin duda, este planteamiento resulta mucho más atractivos para los adolescentes.

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