Eli Soler | Psicóloga
Hablar con los hijos adolescentes
La adolescencia es una época de grandes cambios, donde hay una transición de la niñez a la adultez. Todos estos cambios que viven, todo ese torrente de hormonas, emociones y experiencias, no los saben gestionar, y es cuando pueden aparecer conflictos. Conflictos internos con ellos mismos y conflictos con vosotros, la familia. Pero que no cunda el pánico, no todo es tan complicado.
Uno de los principales motivos de preocupación de los padres de adolescentes es la falta de comunicación con ellos:
-¿Cómo ha ido el instituto?
– Bien.
– ¿Ha ido bien el examen?
– Sí.
Monosílabos, ¿os suenan? De repente parece que han levantado un muro de hielo y que no hay modo de cruzarlo ni penetrar en él. “Antes me lo contaba todo, ahora no me cuenta nada” son las quejas que más me traspasan los padres/madres de adolescentes.
Tener una buena comunicación con los hijos es clave, en todas las etapas, pero especialmente en la adolescencia, para evitar conductas de riesgo y para fomentar su autoestima. Por eso hay que hablar con los hijos adolescentes. Pero no podemos pretender construir una relación comunicativa en dos días, hay que hacerlo des de la niñez, día a día.
Para hablar con los hijos adolescentes NO se debe traspasar
- Nuestras experiencias. Dejemos que experimenten por ellos mismos. Recordemos que somos uno de los cuatro agentes influenciadores principales. Que no quieran ser nuestro reflejo si no que sean ellos mismos.
- Nuestras expectativas. No debemos proyectar en ellos expectativas ni frustraciones. Eso pasa mucho en el terreno académico, padres que quieren que su hijo siga sus pasos o que no cometa los mismos fallos. Hay que dejar que ellos lleguen donde puedan o quieran llegar, nunca presionar.
- Nuestras creencias. Están configurando su identidad, su personalidad, pero aún son muy influenciables. Por eso ocurre, que en hogares donde por ejemplo se es de un equipo concreto de fútbol los hijos también lo son. Y lo mismo pasa con la política. Debemos intentar no adoctrinar, dejar que ellos mismos tengan su criterio propio.
- Prejuicios. Nuestro lenguaje, nuestras conversaciones, a menudo están llenos de prejuicios, y esos se los transmitimos a los hijos, a menudo sin querer. Somos sus referentes, tengamos cuidado con comentarios racistas o clasistas, aunque sean en broma. Tampoco prejuzguemos a sus amigos. Eduquemos en tolerancia y respeto.
- Estereotipos. Los modelos familiares que les mostramos son los que ellos van a asimilar. Los roles que mantienen los miembros de su familia son los que ellos van a incorporar. Si ven por ejemplo que el padre no se corresponsabiliza del hogar, van a crecer con la idea de que ser hombre es adoptar ese rol. Cambiemos eso, eduquemos en igualdad, y la mejor forma de hacerlo es dando ejemplo en nuestro hogar.
Entonces, ¿Cómo hablar con los hijos adolescentes?
- Escucha lo que te quiere decir y deja que termine. Es muy importante saber qué piensa tu hijo/hija. Escucharle es el mejor modo de conocerle.
- Dale importancia a todo lo que te cuenta. Aunque te parezca una tontería, para él/ella es muy importante, muestra interés por ello.
- No critiques ni juzgues sus conductas. Valora que te lo está contando, no lo ataques. No culpabilices sus actos, todos cometemos errores.
- No les des lecciones, ayúdale a buscar soluciones. Eso lo hacemos mucho los adultos, damos lecciones de lo que deben hacer. Si queremos que cuenten con nosotros y sean autónomos hay que dar apoyo y ayudar a ser resolutivo.
- Controla tus impulsos. No pierdas los nervios delante de lo que te cuenta, respira hondo e intenta debatir con asertividad.
- Elaborad reglas conjuntas. Son ya mayores para poner juntos las normas y las reglas, y sus consecuencias si no las cumplen. Eso les ayuda a responsabilizarse y a ser más autónomos.
- Cumple tus promesas. Si has prometido que haréis una actividad o que tendrá una recompensa cumple. Si esperas que él/ella cumpla las suyas tú debes hacer lo mismo.
- Predica con el ejemplo. Sois sus modelos, vuestras conductas deben ser respetables si queréis que lo sean las suyas. Es como pedir no grites gritando, no tiene sentido.
- Acéptale y valóralo tal y como es. A esa edad no hay nada que ayude más a su autoestima que ser aceptado y valorado, para poder aceptarse y valorarse a uno mismo. No intentes cambiarle, quiérele tal y como es.
- Enséñale a comunicar sentimientos. No es suficiente preguntar por qué lo ha hecho, sino cómo se ha sentido ante ello. Verbalizar las emociones les ayuda a comprenderlas.
- Reconoce sus esfuerzos. A veces es más valioso un pequeño logro con mucho esfuerzo que un gran logro con poco esfuerzo. Eso pasa mucho en el terreno académico o deportivo, a veces solo valoramos los resultados. Fomenta su autoestima valorando su esfuerzo.
- Dale tu apoyo incondicional. Vuestro mensaje a trasmitirles es si me necesitas estoy aquí, puedes contar conmigo, pase lo que pase.
- Pasad más tiempo juntos. Para tener una buena relación con los hijos hay que pasar tiempo con ellos, formar parte de sus vidas, estar unidos y mostrar que estáis a su lado.
- Aprovechad los momentos en familia para hablar. Por ejemplo, en las comidas nada de televisiones ni dispositivos móviles. Hablad en familia, contad cómo os ha ido el día. Miraros a los ojos, sonreíros.
- Compartir aficiones. Tener algo en común es la mejor forma de compartir tiempo juntos y conversaciones. Buscad algo que os siga uniendo.
Espero que os hayan sido útiles estas pautas y que lo pongáis a la práctica pronto. Y como siempre digo, conectad con ellos, hablad con ellos para hablar con los hijos adolescentes. Recordad, el tiempo pasa rápido y en unos años habrán “volado del nido”.
Etiquetado comunicaciónhabilidades sociales