Cambios en los adolescentes
La mayoría de las familias, cuando sus hijos entran en la adolescencia entran en pánico: ¡SOS tengo un hijo adolescente! Pero no hay que temer a la adolescencia -o a los hijos adolescentes- pues, la adolescencia solo es una etapa más en el desarrollo de cada persona. No la veamos como una etapa “crítica”.
– Paula baja a cenar.
– ¡Que ya voy!
– Paula, te he llamado ya varias veces, la comida se enfría.
– ¡Que ya voy! ¡Déjame en paz!
¿Os suena la escena?
Los adolescentes pueden parecer complicados, a veces nos hacen tener que respirar hondo más de una vez. Pero también están llenos de potencial, de energía, y de ganas de comerse el mundo. La adolescencia puede ser una etapa maravillosa con la que compartir aficiones, interesantes conversaciones, y establecer una relación más de tú a tú. No nos quedemos solo con la parte “complicada” y fijemos también en la parte “maravillosa”.
Pongamonos en su lugar, hagamos memoria de cómo lo vivimos nosotros a su edad, y empaticemos con ellos. Todos estos cambios que viven, todo ese torrente de hormonas, emociones y experiencias, no los saben gestionar. Su cuerpo cambia, su sexualidad se despierta, seguramente cambian de colegio para pasar al instituto. Es mucho por asimilar. Y al no saber cómo gestionar todos estos cambios, al no entender qué les está pasando, es cuando pueden aparecer conflictos. Conflictos internos y conflictos con vosotros, familia.
Cuáles son los cambios en los adolescentes
Para ponernos en situación, los cambios en los adolescentes se producen a cuatro grandes niveles:
- Cambios físicos. Se desarrollan las características sexuales secundarias. En las chicas: se desarrollan los pechos, sale vello púbico, se ensanchan las caderas, sale pelo axilar, la vulva y el clítoris aumentan de tamaño, les cambia la voz, crecen de altura, aparecen cambios en la piel como puede ser el acné. En los chicos: los testículos y el pene aumentan de tamaño, sale vello púbico, crecen de altura, se les ensancha la espalda, sale pelo axilar, aparece pelo facial, les cambia la voz y aparece la nuez, aparecen cambios en la piel como puede ser el acné.
- Cambios sexuales. Se desarrollan las características sexuales primarias. En las chicas: el útero y la vagina se ensanchan, los ovarios empiezan a funcionar y a producir óvulos, las trompas de falopio se preparan para poder conducir los óvulos desprendidos, y llega la menstruación que indica que el sistema reproductor funciona. En los chicos: las vesículas seminales empiezan a producir líquido seminal y la próstata empieza a producir liquido prostático (juntos es lo que llamamos semen), se empiezan a producir espermatozoides, aparecen las primeras erecciones y eyaculaciones involuntarias, que indica que el sistema reproductor funciona.
- Cambios psicológicos. Reafirman su propia identidad. Construyen una personalidad firme. Son capaces de tener opiniones propias y tomar decisiones. Construyen su autoimagen. Aumentan sus funciones intelectuales.
- Cambios sociales. La familia sigue siendo una figura de referencia y estabilidad, pero pierde importancia. El papel del grupo de iguales toma mucha importancia. Empiezan a seleccionar sus verdaderas amistades. El sentimiento de pertenecer al grupo social es fundamental.
Edades concretas de los cambios en los adolescentes
Sobre la edad que comprende la adolescencia yo siempre digo que no hay una edad fija. Cada niño/niña empieza a una edad distinta, pues cada cuerpo es diferente. Pero, a grandes rasgos, podemos diferenciar entre tres etapas según la edad:
- De 10-12 años Adolescencia precoz.
- A los 12-16 años Adolescencia media.
- Y con 16-20 años Adolescencia tardía.
Pero, yo siempre prefiero diferenciar en dos etapas según los cambios que viven:
- Pubertad (10-14 años). Experimentan unos cambios físicos y sexuales, que marca la maduración de los órganos sexuales y la capacidad de reproducirse.
- Adolescencia (14-20 años). Experimentan unos cambios a nivel psicológico y social, que marcan la maduración y definición de su identidad y su personalidad.
Entonces ellos, vuestros hijos/hijas adolescentes, de repente se creerán mayores, adultos. Pero no lo son, aún no. Están a medio camino entre niños/niñas y adultos. ¿Entonces cómo debemos tratarlos? ¿Como niños? No. ¿Como adultos? Tampoco. Debemos tratarlos como lo que son: adolescentes. Buscar el equilibrio entre poner límites y dejar una cierta libertad e intimidad.
Aprovechad la libertad que os da tener un hijo/hija adolescente. Conectad con ellos, hablad con ellos. No veamos la adolescencia solo como una etapa de transición entre la niñez y la adultez, veámosla como una etapa propia y significativa. Y recordad, que el tiempo pasa rápido, y en unos años habrán “volado del nido”.