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Embarazo adolescente, cómo evitarlo

Las consecuencias del embarazo adolescente son muy negativas para una chica adolescente tanto a nivel físico, a nivel emocional y psicológico, además de afectar en sus relaciones sociales y en su vida académica.

Y digo chica adolescente porque, aunque haya un chico adolescente padre de la criatura, la que va a perder curso escolar y va a dejar por un tiempo su vida social va a ser la persona gestante: la chica.

El grado de madurez biológica, social y psicológica ha ido evolucionando con el paso de los años y se puede observar como en la actualidad la edad de la primera menstruación puede llegar incluso a los 10 años, una edad en la que una persona aún no está preparada para ser madre y que puede afectar de forma muy negativa a su desarrollo físico, psicológico y social. Su cuerpo pone en funcionamiento el sistema reproductor diciendo “estás lista para procrear”, pero a nivel madurativo a esas edades no lo están.

Causas del embarazo adolescente

Las principales causas de que existan casos de embarazo en la adolescencia son la falta de buenos programas de educación sexual. Y con buenos me refiero a que sean atractivos para los jóvenes, divertidos, que hablen del sexo sin tabúes y en todas sus variantes. Realizar una educación sexual integral es fundamental.

Hay que dejar de limitarse a hacer la típica charla sobre las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Dejar de encarar las charlas de educación sexual desde el miedo. Encarar una charla de prevención desde el miedo, desde el peligro, no funciona.

Hay que educar en sexualidad como lo que es el sexo: un acto sano, divertido, que puede ser individual o compartido, pero que tiene ciertos riesgos que hay que evitar. Yo siempre se lo explico a los adolescentes en mis talleres del mismo modo:

«El sexo es como conducir: está guay, te lleva del punto A al punto B, pero tiene ciertos riesgos, por eso hay que ponerse el cinturón. Pues con el sexo pasa lo mismo: puede ser divertido, placentero, pero tiene ciertos riesgos, hay que ponerse siempre el preservativo.»

Principales consecuencias del embarazo adolescente

  1. Cambios físicos drásticos. Durante la pubertad y la adolescencia el cuerpo de una chica está cambiando, madurando. Aún se tiene que acabar de desarrollar como mujer. Someter al cuerpo al gran cambio físico y hormonal que supone un embarazo no es saludable.
  2. Problemas psicológicos. La salud mental en el caso de una adolescente que se queda embarazada puede verse gravemente perjudicada. Una adolescente no está preparada para afrontar un embarazo y menos la maternidad. Durante la adolescencia su identidad y su personalidad se define, se descubre como persona autónoma en la búsqueda de independencia de las personas adultas. Cuidar de un bebé implica asumir una responsabilidad para la que una chica adolescente no está preparada por falta de madurez, ni le ayuda en su desarrollo psicológico y emocional. La dificultad para adaptarse a esta nueva situación a tan temprana edad puede afectar a su salud psicológica. Por eso, consecuencias como estrés, depresión y ansiedad son usuales en casos de embarazos adolescentes.
  3. Perjuicios escolares y laborales. Tanto el embarazo en sí como la maternidad limitan, en la mayoría de los casos, la posibilidad de continuar con los estudios, lo que hace que disminuyan las posibilidades futuras de la madre. En la mayoría de los casos de embarazo adolescente hay un abandono de los estudios. Esto afecta, por tanto, también a la hora de encontrar un empleo. Además, las posibilidades de encontrar trabajo para una adolescente en gestación o una madre reciente es  mucho más difícil, debido a las prácticas discriminatorias que hay frente a las mujeres en muchos ámbitos laborales. Una madre adolescente en la mayoría de los casos queda estigmatizada, lo que dificulta sus posibilidades de prosperar académica y laboralmente en un futuro.

4. Dificultades en las relaciones sociales. Una madre adolescente, aunque sea madre, sigue siendo lo que es, una chica adolescente. Lo que necesita una adolescente, y lo que le toca por edad, es quedar con sus amistades para salir, para divertirse. Pero eso tiene poca cabida estando embarazada, y menos siendo madre de un bebé. A menudo queda excluida de los planes sociales por no tener cabida en ellos, lo que hace que pueda aparecer poco a poco un aislamiento social.

5. Dificultad en las relaciones de pareja. La mayoría de las parejas adolescentes no duran para siempre. Si le sumamos el estrés que supone un embarazo o un bebé recién nacido, y que en muchos casos viven con los padres por ser menores de edad, es motivo por lo que la mayoría de las parejas que han sido padres adolescentes se rompen. Para el padre puede ser una huida fácil, pero la madre es la que permanece en la situación. Y encontrar pareja en un futuro siendo madre joven no es fácil por el estigma que recae sobre ella.

6. Cambio radical en su vida. Una de las consecuencias del embarazo adolescente que más afectan a nivel emocional es el repentino cambio de vida que sufre la adolescente embarazada, ya que el embarazo es habitual que saque a la joven madre de su entorno. La joven madre deja de seguir con su rutina de adolescente: ir al instituto, quedar con sus amistades, salir al cine, y en muchos casos pierde a su pareja, a sus círculo de amistades, o incluso a su familia si hay rechazo de la situación. Cambian los espacios de entretenimiento y su presencia en determinados ambientes, lo que hace que en muchos casos la madre adolescente pueda llegar a sentirse sola y deprimida.

7. Complicaciones en el embarazo. El embarazo es una de las principales causas de muerte en chicas adolescentes, tanto por complicaciones durante el embarazo como en el parto y el post parto. El nivel de riesgo de muerte materna se duplica en el caso de que su edad se encuentre por debajo de los 15 años.

¿Cómo evitar las consecuencias del embarazo adolescente?

Hay que prevenir. Concienciar de la importancia de mantener relaciones sexuales seguras, de la importancia de usar siempre preservativo. Hay que dar una educación sexual de calidad a edades más tempranas y en igualdad, y favorecer un papel más activo de las personas adultas hacia el diálogo. Hay que abordar el tema en los centros educativos, pero también en casa, y nunca dejarlo para edades avanzadas.

La media de pérdida de «virginidad” en España es de un 49’3% entre los 14 y los 17 años, siendo las mujeres las que se inician antes en el sexo, lo que significa que un % importante lo hace antes de esas edades. Como dice la frase “más vale prevenir que curar”. Por eso, que hablemos de sexo y preservativos antes de que sean activas sexualmente no hará que practiquen sexo antes de tiempo, si no que cuando lo hagan, lo hagan de una forma segura.

¿Y si mi hija adolescente se queda embarazada?

No quiero entrar en debates morales, es un tema complicado. Pero sí puedo decir que es SU decisión, porque la va a marcar a ELLA de por vida. Con eso quiero decir que como personas adultas presionar en tomar una decisión que ella no quiere tomar nunca va a ser buena idea, las consecuencias emocionales podrían ser graves.

En muchos casos de embarazo adolescente, se sigue adelante con el embarazo por condiciones complicadas y alejadas de ser una opción libre por parte de la adolescente embarazada, como puede ser la presión recibida por parte de su pareja, de sus familiares, o por miedo a contar el embarazo hasta que ya es muy evidente.

Lo mejor, ante un embarazo adolescente, sería sentarse a hablar de las distintas opciones que hay:

  • Ser madre adolescente.
  • Abortar.
  • Dar el bebé en adopción.

Y explicar las consecuencias del embarazo adolescente que va a tener para su vida. Y sobretodo, apoyarla en su decisión, porque al final, aunque sea menor de edad, es SU cuerpo y SU vida.

Etiquetado educación sexual

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