Si vamos a cualquier tienda u ojeamos cualquier catálogo de juguetes, vemos claramente cuáles son los denominados juguetes para niños y los juguetes para niña. Podemos afirmar que esta diferenciación es sexista.
Entre los juguetes de niño encontramos coches, camiones, espadas, pistolas. Con este tipo de juguetes les estamos diciendo a los niños “Tienes que ser fuerte y valiente, dominar la situación y resolver los conflictos con la violencia”. Eso les lleva a una mala gestión emocional, a la frustración y a la agresividad, perpetuando la condición de dominación de los hombres y, en muchos casos, la violencia machista en un futuro.
Entre los juguetes de niña encontramos muñecas, cocinitas, accesorios del hogar, juegos de maquillaje. Con este tipo de juguetes les estamos diciendo a las niñas “Quédate en casa, cuida de tu hogar, de tus hijos, y estate guapa para los demás”. Haciéndolas sumisas y perpetuando el mito de la belleza y la cosificación del cuerpo femenino ya de bien pequeñas.
¿Niñas y niños son diferentes?
Puede que pienses que los niños y niñas son diferentes, que por eso escogen juguetes diferentes, pero esto no es verdad, no escogen libremente. Niños y niñas son diferentes biologicamente o genitalmente, pero los roles diferenciados que adoptan los define la sociedad.
No hay un componente biológico que haga que niños y niñas tengan una preferencia diferenciada por los juguetes. Esta diferenciación, que hace que la mayoría de las niñas prefieran una muñeca y a mayoría de los niños prefieran un coche, viene dado por factores culturales, por influencia de la publicidad, los dibujos animados, los mensajes que reciben de los adultos.
¿Entonces, los juguetes infantiles son sexistas?
Los juguetes no son sexistas, lo es el uso que les damos, cómo los presentamos, cómo los publicitamos y el mensaje que trasmitimos con ellos. Decidir, como hacen la mayoría de los catálogos o tiendas de juguetes, que hay juguetes de niña y juguetes de niño es sexista.
Una muñeca no es sexista. Lo que es sexista es que regalemos una muñeca a una niña por ser niña, mandando el mensaje de que es el juguete que le pertenece.
Un coche tampoco es sexista. Es sexista que se lo regalemos a un niño por ser niño, mandando el mensaje de que es el juguete que le pertenece. También es sexista que si un niño quiere una muñeca no se la compremos porque pensamos que es un juguete de niña.
¿Cómo eliminamos los juguetes sexistas?
Para cambiar estas dinámicas hace falta un gran cambio social, ya que los estereotipos de género están tan arraigados a nivel social que las familias que intentamos educar en igualdad nos encontramos constantemente deconstruyendo y reexplicando los mensajes sexistas de la sociedad.
El machismo y el sexismo no han cambiado, ha cambiado la forma de transmitirlo, de influir socialmente, pero se sigue educando con los mismos roles de género que antaño.
La publicidad no ofrece una imagen igualitaria. En los anuncios de juguetes “para niñas” es todo rosa, suave, delicado, bonito. En los anuncios “para niños” es todo acción, emoción, con una voz de “machote”. Esto manda un mensaje subliminal muy dañino para los pequeños.
Y tampoco se queda corto el lenguaje. El lenguaje está lleno de machismo, donde la mujer es inexistente. Las palabras “padres o niños” usadas para englobar ambos géneros son dos claros ejemplos. Es tan fácil como en lugar de presentar “juguete de niña” o “juguete de niño” etiquetamos simplemente como “juguete infantil”, y dejemos que ellos libremente elijan el tipo de juguete que quieren y del color que prefieran.
¿Cómo educamos en igualdad libre de juguetes sexistas?
Debemos dejar que escojan libremente, sin limitar ni influir su juego por motivos de género. Debemos ofrecer juguetes más neutros, regular la publicidad, y también los dibujos animados, cargados también de sexismo. Hace falta trabajar de manera conjunta para cambiar las cosas, trabajar conjuntamente familia, escuela y administración.
Hay que tener en cuenta que a través del juego los pequeños adquieren la socialización primaria, que tiene un papel fundamental en la creación del universo simbólico. A través del juego los menores aprenden y construyen su desarrollo cognitivo, social y emocional.
Por eso es importante ofrecer juegos igualitarios. Ya que, con los juguetes tan diferenciados a nivel de género, con roles tan marcados de machismo, están reproduciendo estructuras sociales donde las mujeres asumen el papel de sumisas y los hombres el de dominantes. Estos aprendizajes se normalizan des de la infancia y se mantienen o incluso potencian durante la adolescencia.
Rompamos con la dicotomía masculino-femenino. Dejemos de sexualizar a las niñas. Dejemos llorar a los niños. Eduquemos en igualdad, en diversidad, en pluralidad y en libertad.
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