Huelga Feminista del 8 de marzo
La próxima Huelga Feminista del 8 de marzo es una convocatoria de huelga general en España, organizada por la Comisión 8 de marzo, un grupo integrado por un conjunto de colectivos feministas, que cuenta con el apoyo del movimiento sindical a diferentes niveles.
La Huelga Feminista del 8 de marzo es una huelga laboral y estudiantil, pero también hace un llamamiento de huelga a otras dimensiones como los cuidados, el trabajo doméstico y el consumo, donde mayoritariamente son las mujeres quienes realizan estas tareas.
El 49,6% de la población mundial son mujeres. La mitad. La intención con las movilizaciones y los paros del 8 de marzo es hacer visible, a través de la ausencia, cuánto necesita el sistema a las mujeres para funcionar. Demostrar que “Si nosotras paramos, el mundo se detiene”.
Es la primera vez que se convoca una huelga general de este tipo en España. Legalmente una huelga laboral no puede diferenciar entre géneros, es por eso por lo que los sindicatos han convocado a los trabajadores en su globalidad, siempre haciendo un llamamiento especial a las trabajadoras, ya que si los hombres paran sería una huelga general y se perdería el objetivo feminista.
Entre las diferentes iniciativas de la jornada, está la propuesta de colgar los delantales en los balcones y ventanas para dar visibilidad a las trabajadoras del hogar, que no tienen recogido legalmente el derecho a huelga. Como en otras convocatorias de huelga, están previstas manifestaciones en las principales poblaciones del estado.
La huelga se ha hecho coincidir con el día internacional de la mujer trabajadora, y se inspira en la huelga de mujeres del 24 de octubre de 1975 en Islandia, cuando las huelguistas fueron capaces de paralizar el país durante un día y demostraron el trabajo indispensable de la mujer en la economía y en la sociedad en Islandia. Según los colectivos feministas, durante aquella huelga histórica de 1975 el 90% de las mujeres islandesas secundó la convocatoria.
Las razones por las que Huelga Feminista del 8 de marzo SÍ es necesaria
1. Las cifras de paro y empleo son peores para las mujeres que para los hombres. Hay más mujeres en paro (un 18,4%) que hombres (un 15%). La brecha se ha vuelto a agrandar con la llegada de la recuperación.
2. El trabajo a tiempo parcial, que implica salarios y cotizaciones más bajos y que genera menos derechos en términos de prestaciones sociales, está fuertemente feminizado: prácticamente el 75% de estos contratos están firmados por mujeres.
3. La brecha salarial entre mujeres y hombres es transversal, afecta a mujeres de todos los niveles formativos, edades y ocupaciones. De media, una mujer cobra un 13% menos que un hombre por cada hora de trabajo.
4. El trabajo de cuidados no remunerado sigue mayoritariamente en manos de mujeres. Los hombres dedican de media 14 horas semanales a estas tareas frente a las 27 horas que emplean las mujeres. Detrás de este dato se esconde la doble jornada que arrastran las mujeres, la discriminación en el empleo o la imposibilidad de que exista conciliación.
5. La representación política de las mujeres aún no llega al 50% en muchos parlamentos. El Gobierno central, de hecho, está lejos de la paridad: solo 5 de sus 14 miembros son mujeres. En el Congreso, las mujeres rozan el 40% de los escaños.
6. Los puestos de poder y responsabilidad están lejos del equilibrio. Las mujeres son más de la mitad de las personas tituladas en nuestro país, pero apenas tienen presencia en los altos cargos de la administración y son minoría entre los catedráticos y los profesores de investigación.
7. La violencia machista no cesa. Según datos de Eurostat, desde el año 2002, más de 900 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, y en 2015 se produjeron en España 9.000 agresiones sexuales.
Vivimos ante un punto de no retorno. El feminismo sigue alimentándose tras un 2017 de movilizaciones. Pero el camino es largo y la lucha continua. Hay que luchar para erradicar las violencias machistas. Luchar para defender la igualdad laboral real. Por la conciliación familiar y laboral real. Visibilizar y dignificar los trabajos de cuidados y domésticos y acabar con el estigma de que son trabajos de las mujeres. Acabar de una vez con la cultura patriarcal.
Reescribamos la historia
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