Eli Soler | Psicóloga
Llegan el final del curso y tu adolescente va al instituto a buscar las notas. Pueden pasar dos cosas: que haya sacado buenas notas y piense «yo ya he cumplido», o que haya suspendido y sepa que va a haber bronca. Sea como sea, las vacaciones en familia con adolescentes pueden, a veces, resultar complicadas.
Es muy posible que tu idea de vacaciones como persona adulta no sea la misma idea que tiene tu adolescente. En la mayoría de los casos su ideal de vacaciones suele ser jugar a la consola hasta que le salgan ampollas en las manos, excavar un foso alrededor de la cama, dormir hasta la hora de comer, y no levantar un dedo ni para rascarse. Además, sus cambios de humor, el aislamiento voluntario, y el no a todo excepto a los amigos, puede generar en numerosas ocasiones tensiones en casa.
Merecen descansar tras un largo curso, y más si ha habido un gran esfuerzo, aunque este curso haya sido bastante atípico por el confinamiento. Pero, aunque hay que darle unos días de relax, también hay que hacerle ver que es mejor salir a aprovechar el verano. Debéis entender, aunque os duela, que para un adolescente pasar las vacaciones con sus padres no suele ser el mejor plan. Pero, con comunicación y diálogo, es posible llegar a acuerdos para pasar un buen verano juntos, encajando sus expectativas en la vida familiar.
Cinco consejos para disfrutar de las vacaciones en familia con adolescentes
Te doy cinco consejos indispensables para pasar estas vacaciones en familia con tu adolescente de la mejor manera posible, y para toda la familia:
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Qué hacer con tanto tiempo libre. Si durante todo el curso se ha esforzado merece un descanso y nadie se lo puede negar. Sin embargo, los adolescentes deben entender que compartir la vida con otras personas bajo el mismo techo supone hacer concesiones. Pero para conseguirlo hay que negociar y hacerles partícipes de las decisiones. Habrá que sentarse con ellos para planificar una rutina diaria relajada pero con la que tienen que comprometerse.
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Llegar a acuerdos. Hay que hacerles ver que la familia es un equipo en el que se colabora. Y cuando se llega a acuerdos es recomendable que se traten todos los temas: a qué hora deben levantarse, cuál es la hora de llegada a casa, cuánto tiempo pueden estar con la consola, cuándo pueden quedar con los amigos, si tienen que sacar al perro o la basura, o con qué frecuencia deberían limpiar su cuarto. Pero siempre desde el diálogo, así el adolescente percibe que su opinión cuenta porque consigue concesiones en esa negociación. Establecidas las reglas, no hay malentendidos, por tanto habrá menos conflictos.
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Cursos o campamentos de verano. La opción de apuntar a un adolescentes a un curso o campamento de verano es una decisión en la que tienen que poder decidir. No debéis apuntar al adolescente sin pedir su opinión, sin que esté de acuerdo con la decisión. Es posible que no le apetezca, pero podéis buscar propuestas que les resulten atractivas y negociar. Si tienen ganas de ir puede ser una experiencia divertida para ellos, se lo suelen pasar muy bien en estos espacios de ocio veraniego, pero en ningún caso hay que obligarles a ir. Aunque tenerlos entretenidos y fuera de casa pueda parecer la mejor opción, para que no pasen el verano encerrados en su habitación tras las pantallas, pero hay otras prioridades más allá de tenerlos ocupados para estas vacaciones en familia con adolescentes.
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Viajar a nuevos lugares. Aunque los adolescentes no siempre consideran a sus padres como los mejores compañeros de viaje, quizás puedas motivarlos con propuestas diferentes de vacaciones y captar su atención llevándolos a los lugares más Instagram. En este caso, una recomendación es sentarse en familia a decidir y votar qué destinos pueden motivar más a todos. Podéis elaborar un plan de viaje para que todos puedan proponer rutas o visitas que les apetezcan, llegando al mayor consenso posible. Si todos aportan sus gustos, las vacaciones en familia se empiezan a disfrutar desde el mismo momento que comienzas a planearlas. Involucrar a los adolescentes en la planificación del viaje es la mejor forma de motivar, incluso una buena estrategia que puede funcionar es delegar en ellos tareas asumibles que despierten su interés y hagan que se sientan parte del equipo del viaje familiar. Pueden usar sus habilidades para buscar en Internet atracciones, museos, playas, o lugares especiales, para luego ponerlos en común.
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Respeta sus tiempos y espacios. Hasta hace cuatro días eran pequeños y buscaban estar con vosotros a todas horas, en cambio ahora piden su territorio a gritos. Hay que darles ese espacio e intimidad, para que empiecen a ser responsables de la gestión de su tiempo. Es lógico que necesiten intimidad, y mientras haya también tiempo en familia, todos saldréis ganando. Ellos se sienten adultos, construyen su identidad personal, sus propias ideas, comienzan a desarrollar el sentimiento de tribu multiplicando sus relaciones sociales, y por eso demandan más espacio personal. No hay que privarles de ello, hay que buscar el equilibrio para poder tener esas vacaciones para toda la familia sin conflictos. Busca destinos o actividades donde puedan relacionarse con otros chicos o chicas de su edad, y deja que tenga momentos para estar conectado con sus amigos a través de las redes sociales.
- Flexibilizar las normas. La verdad es que las vacaciones con hijos adolescentes supone flexibilizar las normas, ya que no son tan pequeños y tienen autonomía propia. Es el momento de poneros en su piel. Hay que elegir unas vacaciones inolvidables para toda la familia y los adolescentes también tienen mucho que decir. Podéis establecer normas para el uso del móvil, por ejemplo se puede usar en el alojamiento pero no durante las excursiones. También podéis darles una cierta independencia en los gastos durante el viaje, donde tengan un dinero propio para sus compras personales y que puedan decidir por sí mismos y no se sientan constantemente dirigidos por sus padres. Así le ayudáis a coger responsabilidad. Podéis también, si os ha demostrado su responsabilidad, alargar la hora de llegada a casa o la hora de acostarse. Flexibilizar sí, pero siempre manteniendo ciertos límites.
Por todo eso, elijáis la opción de vacaciones que más os apetezca, ya sea un gran viaje o salidas puntuales, es imprescindible seguir manteniendo el vínculo familiar, y durante el verano, con más tiempo libre para todos, es el mejor momento para ello. Ya no son pequeños, podéis disfrutar mucho más de estas vacaciones en familia con adolescentes compartiendo actividades juntos y buscando un destino que pueda gustar y motivar a todos los miembros de la familia.