Poco se habla de los agentes influenciadores en los adolescentes, cuáles son y cómo ejercerlos de un modo saludable. La personalidad es un conjunto dinámico de características psíquicas de una persona. Es lo que determina que un individuo actúe de determinada manera ante una circunstancia. Por tanto, es un patrón de actitudes, pensamientos, sentimientos y un repertorio conductual que caracteriza a una persona.
Se han realizado estudios en los cuales los factores socioculturales influencian altamente en la personalidad. Es decir, el ambiente en el cual uno se encuentra afectará positiva o negativamente a la configuración de la personalidad del individuo.
Por eso, hay que entender que no es lo mismo que una persona adolescente crezca en pleno centro de Barcelona o Madrid que hacerlo en un pequeño pueblo rural (sin afirmar que uno sea mejor entorno que el otro). El ambiente, el contexto en el cual se encuentra, causa un impacto sociocultural. Y durante la adolescencia, una etapa de grandes cambios, estos agentes influenciadores son claves para su desarrollo vital.
Cuáles son los agentes influenciadores en los adolescentes
En la configuración de la personalidad de las personas adolescentes, y en su definición de identidad, hay cuatro grandes agentes influenciadores en los adolescentes:
- La familia. En esa etapa ya no sois lo más importante para ellos, en el sentido de vínculo socioafectivo. Cuando mayor papel toman los amigos, más protagonismo va perdiendo la familia. Pero, seguís siendo su modelo que seguir -aunque no lo reconozcan- sois sus figuras referentes que les proporcionáis seguridad y estabilidad. Es por eso, por lo que no es lo mismo crecer en un entorno seguro y estable, que en una familia desestructurada y disfuncional. Proporcionar modelos referentes positivos y seguridad emocional es vuestra responsabilidad, para que puedan crecer emocionalmente sanos. Los patrones que observen en casa muy posiblemente serán los que reproducirán en su día a día. Si observan machismo lo más posible es que lo reproduzcan. Si observan diálogo, tendrán más estrategias para debatir con los demás. Cuidad bien vuestros modelos de conducta y vuestras interacciones con los adolescentes.
- Las amistades. El grupo de iguales en esta etapa toma un papel fundamental. A esa edad escogen a sus verdaderas amistades, y el sentir que forman parte del grupo para ellos es lo más importante a nivel social. Ser aceptado por el grupo, formar parte del grupo de iguales, para los adolescentes es indispensable. Por eso se ejerce -a veces sin quererlo- la presión del grupo: “Si todos empiezan a fumar yo también voy a fumar, no sea que me dejen de lado” “Si todos se ríen de ese compañero yo también me voy a reír, no quiero que me dejen de lado” (recordemos que el acoso escolar es siempre un fenómeno grupal). No es buena idea prohibirles que vaya con amistades que no os gustan (a no ser que realmente los pongan en peligro). Ellos deben elegir libremente, encontrar su propia identidad. Que no os gusta que de repente se haya juntado con los “emos” y vaya todo vestido de negro, pues sintiéndolo mucho, vais a tener que aceptarlo. No debéis ejercer presión en su camino por encontrarse a ellos mismos. Pero sí podéis y debéis darles estrategias para aprender a decir NO y no perderse en la presión social. Y darles estrategias e información para no caer en conductas de riesgo.
- El centro escolar. Como he dicho antes, no es lo mismo ir a un gran instituto masificado que a uno pequeño. Repito, ni mejor ni peor, en todos hay conflictos, pero es diferente el contexto sociocultural. También influye el proyecto educativo del centro escolar, la vocación del profesorado, la actuación de los docentes frente a dificultades (como el acoso escolar o el fracaso escolar). En definitiva, varios factores -fuera de vuestro alcance- influyen en el desarrollo escolar y personal de vuestros adolescentes. Para las personas adolescentes un instituto es una microsociedad. Marca un antes y un después en su etapa vital. En vuestra mano está escoger un buen centro escolar (y eso no reside en elegir uno privado).
- Los medio de comunicación. Por último, pero no menos importante, destacar el gran impacto en las personas adolescentes de los medios de comunicación. La televisión o el cine aún causa un gran impacto cultural en adolescentes -y en adultos-, por lo que es vital analizar y cambiar su narrativa (películas como la de 365 deberían estar vetadas). Sigue habiendo en mayoría películas o series cargadas de machismo y estereotipos de género. Estas influyen mucho en su percepción de género y en la manera de identificarse en sus roles. Se identifican y aprenden con personajes dónde los celos y la violencia son una muestra de amor verdadero. Y también les influyen, y mucho, las redes sociales, donde prácticamente me atrevería a afirmar que configuran la mayor parte de su autoimagen. Hoy en día las personas adolescentes construyen su autoestima marcada por un número de follows, likes o comentarios. Y ojo, que hablo de adolescentes, pero las personas adultas no nos quedamos cortas. Además, los adolescentes aprenden a relacionarse en el mundo 2.0, tanto que van perdiendo habilidades sociales, tales como el asertividad, la capacidad de defenderse, o hasta de ligar.
¿Cuál debe ser vuestro papel como familiares?
Mostrar que estáis allí, pero dando espacio. Darles un abrazo metafórico con un «Si me necesitas puedes contar conmigo”, pero sin agobiar, respetando su intimidad. Intentar confiar en él o ella, aunque os cueste. Las personas adolescentes no son tan insensatas como nos pensamos -o no todos-, si les ofrecemos la oportunidad pueden ser responsables. ¿Que se equivocan? Sí, igual que los adultos. Debemos darles la oportunidad de equivocarse, y que aprendan de sus errores.
A veces no dejamos que crezcan y se hagan mayores, los seguimos tratando como niños y niñas. Una muestra es una frase que escucho a menudo cuando doy charlas para padres y madres de adolescentes:
«No podemos salir hoy por que tenemos que estudiar” – me dicen algunas madres/padres.
«¿Tenemos que estudiar? ¿Tú, madre/padre, tienes que estudiar? – les pregunto.
Si los tratamos siempre como pequeños no van a crecer. ¿Que suspende por no estar encima? Que suspenda, y que aprenda de ello, no es el fin del mundo. Y recordad, cuando sus cambios de humor o sus discusiones os superen ¡Respirad!