Hay distintas situaciones que pueden hacer que un adolescente sienta cambios de humor bruscos, irritabilidad, estrés, angustia, o incluso ansiedad. La presión académica puede ser una de las causas, también la presión social por encajar con los amigos, o incluso una hiperexposición a las redes sociales.
Pero sin duda, la actual situación de confinamiento que estamos viviendo, debido a la crisis por el coronavirus, pude ser una gran fuente de preocupación y ansiedad para todos los adultos, pero también para niños/niñas y adolescentes. Es por eso, por lo que hoy os traigo cinco técnicas de relajación para la ansiedad.
Estas técnicas de relajación para la ansiedad pueden funcionar tanto para adultos, como para niños/niñas y adolescentes. No son complicadas de realizar, ni necesitan preparación previa ni material adicional. Por lo que podéis aplicarlas para toda la familia en momentos de estrés o ansiedad.
Es importante destacar que cada chico o chica es diferente, por lo que no a todos los adolescentes les van a funcionar las mismas técnicas de relajación. Se trata de ayudarles y guiarles, de animarles a probar qué tipo de técnica les puede ayudar a relajarse en momentos de nervios y ansiedad (web de referencia dónde he buscado la presente información).
Nota: Algunas de las pautas son sacadas de manuales de psicología y de la web de salud comentada, y aunque son de gran ayuda, ante síntomas constantes de ansiedad siempre es mejor buscar ayuda profesional.
- Ejercicios de respiración
Aprender a respirar correctamente y hacer ejercicios respiratorios relajantes tiene efectos muy beneficiosos para nuestro organismo. Ayudan a controlar la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Una buena técnica es la respiración abdominal, que consiste en tumbarse boca arriba, despejar la mente, poner una mano en el abdomen y otra sobre el pecho, coger aire por la nariz y expulsarlo por la boca sin despegar las manos. Se pueden realizar de seis a diez respiraciones lentas por minuto. Puedes enseñar a realizar esta técnica a tu adolescente, e incluso practicarla juntos, tumbados cómodamente sobre una cama o una alfombra con los ojos cerrados.
- Relajación muscular progresiva
Consiste en enfocar la mente en los distintos músculos del cuerpo, siguiendo un orden de abajo (las piernas) hacia arriba (el cuello) tensando lentamente durante cinco segundos y luego relajando cada grupo muscular otros treinta. Mientras, hay que ser consciente de las sensaciones físicas que produce el ejercicio. Esta técnica es sencilla pero muy útil, y se puede combinar con la anterior. También puedes enseñar a realizar esta técnica a tu adolescente, e incluso practicarla juntos.
- Escuchar música tomando una bebida caliente
Ha sido probado en numerosos estudios, que la música tiene un efecto relajante sobre el cerebro. Lo más adecuado es buscar una postura cómoda, poner una música relajante, destensar los músculos y cerrar los ojos. Se puede acompañar esta técnica con una bebida caliente, como una leche caliente o una infusión caliente -sin cafeína ni teína- y los efectos serán aún más reconfortantes. La música es relevante para los adolescentes, pero es importante que esta técnica se realice con música tranquila. En este caso, recomiendo que esta técnica la realicen solos, en la intimidad de su habitación.
Se trata de una forma de meditación que consiste en imaginar una escena en la que se sienta paz, alejando la tensión y la ansiedad. Ese lugar puede ser una playa, un bosque, un lugar que permanece en nuestro recuerdo y que nos transmite tranquilidad. Hay que cerrar los ojos e imaginarse ese lugar intentando emplear los sentidos. Por ejemplo, en el caso de una playa, imaginar como notas la arena bajo las manos, como hueles el olor a mar, como escuchas el sonido de las olas, e impregnarte de esa sensación de paz. Es aconsejable incorporar los máximos detalles sensoriales posibles. En este caso, puede el adulto guiar la visualización del lugar, ayudando con su descripción, mientras el adolescente cierra los ojos y va relajándose.
Para algunas personas, sentarse tranquilamente y ponerse a leer o escribir puede ser relajante y ayudar a liberar tensión. Leer alguna algún libro que haga volar su imaginación -y no aporte más tensión-, o escribir sobre los sentimientos o sobre lo que ha ocurrido durante el día, pueden ser técnicas muy útiles para dejar atrás el estrés y la ansiedad. Es necesario crear una atmósfera que favorezca la relajación, estando cómodamente tumbado, sin ruido de fondo, y no ponerse un límite de tiempo para hacerlo con tranquilidad. En este caso, también es recomendable que la realicen solos, en la intimidad de su habitación.
Espero que estas cinco técnicas de relajación para la ansiedad os puedan ayudar, tanto a los más pequeños de la casa como a los más adultos. Y como he citado en numerosas ocasiones, una cosa es tener episodios puntuales de nervios, estrés o angustia, muy normales en la situación actual que estamos viviendo de confinamiento, pero cuando estos síntomas persisten y se hacen muy intensos, lo mejor es acudir a un psicólogo/a especializado para buscar ayuda.
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