Cuando una pareja decide divorciarse o separarse, sea por los motivos que sea, esta decisión suele estar muy meditada. No es fácil decidir romper la familia, y menos en aquellos casos en los que hay hijos. Una separación puede llegar a ser muy duro para los padres, pero las consecuencias del divorcio en hijos adolescentes pueden llegar a tener un impacto incluso mayor, ya que aunque estos en muchas ocasiones no lo manifiesten, también lo sufren por dentro y puede llegar a afectarles más de lo que pueda parecer.
Tanto los niños como los adolescentes se ven afectados directamente cuando sus padres pasan por un periodo de divorcio, llevándoles a sufrir sentimiento de tristeza, enfado, irritabilidad e incluso culpabilidad. Por ello es importante saber las consecuencias que puede tener un divorcio para ellos y hacer lo posible para que el impacto sobre ellos sea el menor posible.
Un divorcio entre una pareja es un proceso doloroso para todas las partes, aunque cada persona responde a ese dolor de diferente manera, ya que depende de la forma de ser de cada uno y de las circunstancias que han provocado el divorcio. Es muy complejo predecir cómo cada adolescente responderá al divorcio o separación de sus padres, pero es importante que estos tengan en cuenta las consecuencias emocionales que su hijo o hija puede vivir.
En ocasiones, los adolescentes pueden pensar que sus padres también se han separado de ellos, y aunque se esfuerzan por mostrar su independencia, la realidad es que siguen necesitando de una relación segura y estable con sus padres. Uno de los problemas es que, al estar pasando por un momento muy duro, los hijos sienten que sus padres no les prestan la atención que realmente necesitan, lo que puede causarles sensación de soledad y ansiedad, que a su vez pueden provocar comportamientos negativos para llamar la atención. Recordemos que los hijos adolescentes, aunque no lo muestren, siguen necesitando el apoyo y relación con sus padres.
Otra de las consecuencias del divorcio en hijos adolescentes es la sensación que muchos jóvenes tienen de necesidad de madurar antes, de contar con una mayor responsabilidad dentro del hogar de la que les debería corresponder. Y eso no es justo para ellos, no debemos exigirles más de lo que les toca por edad, y no debemos hacerles adoptar un rol que no es el suyo.
Problemas habituales del divorcio en hijos adolescentes
Algunos problemas habituales que se encuentran los adolescentes cuando sus padres se divorcian son:
- Miedo. Pueden tener sensación de miedo cuando ellos vayan a tener una relación con otra persona, ya que pueden pensar que van a sufrir el mismo dolor de separación que sus padres. Esto puede llevarlos a “rechazar” el amor hasta que comprenden que el divorcio puede haber sido una buena decisión de sus padres.
- División. Otro de los grandes problemas es la sensación de división que pueden tener. Al estar divididos entre sus padres pueden llegar a sentir que cuando están con uno de ellos traicionan al otro. Los padres deben tratar de hacerles ver que la relación con ellos no va a cambiar y demostrárselo. Deben explicarles que se han separado los padres, y que, aunque ya no vivan juntos, eso no significa que se separen de los hijos.
- Sensación de traición. Los adolescentes pueden ver la separación como una traición hacia ellos, que uno de los miembros de la pareja ha traicionado al otro. Pueden sentir rechazo hacia el padre/madre que ha tomado la decisión culpabilizándole de la situación. Por eso es importante que sus padres traten de hacer entender al adolescente que se trata de una decisión que ha sido tomada de forma responsable y que estaba pensada de antemano.
Teniendo en cuenta las consecuencias del divorcio en los hijos adolescentes debe tratarse siempre de buscar la forma de que estos entiendan la separación y que la relación con ellos no cambie, que siempre puedan tener a sus padres de una forma similar a cuando estos estaban juntos.
Es importante que, cuando se haya tomado la decisión en firme, buscar un momento tranquilo para comunicarlo a los hijos, y hacerlo juntos. Dejar que hagan todas las preguntas que quieran, y explicar que, aunque a partir del ese momento van a vivir separados siguen siendo sus padres y los siguen queriendo igual.
Por el bien de los hijos, cuando una pareja se separa debe hacerlo con la mayor cordialidad posible. Deben llegar a unos acuerdos sobre cómo organizar la custodia o visitas, y seguir, en la medida de lo posible, estableciendo límites juntos sobre la educación de sus hijos. Los hijos adolescentes sufren mucho estando en medio de las peleas de sus padres, por eso hay que comportarse como adultos y evitarlas.
Hay que evitar a toda costa los chantajes, las manipulaciones, y las batallas de divorciados, pues esas situaciones pueden dañar mucho emocionalmente a vuestros hijos adolescentes.