Las consecuencias del maltrato infantil y adolescente
Nos suena a lejano, nos suena a que son cosas que no pasan, pero lamentablemente una cuarta parte de las personas adultas de todo el mundo aseguran que sufrieron algún tipo de maltrato durante su infancia. Es una cifra estremecedora que tiene unas fatales consecuencias emocionales sobre estos niños y niñas mientras son menores, y que prevalecen cuando se hacen mayores.
El maltrato infantil, ya sea físico o psicológico o un abuso sexual, tiene un gran impacto emocional sobre el niño o niña o adolescente, e influye directamente en su posterior desarrollo como persona adulta.
No existe una definición única de maltrato infantil, ni una delimitación clara y precisa de sus expresiones. Sin embargo, lo más aceptado como definición, según la OMS «El maltrato infantil son todas aquellas acciones que van en contra de un adecuado desarrollo físico, cognitivo y emocional del niño, cometidas por personas, instituciones o la propia sociedad».
Hoy hablamos de ello con una persona que sufrió este tipo de abusos durante su adolescencia (que prefiere permanecer en el anonimato), que nos cuenta cómo le ha afectado en su vida adulta.
“Mi niñez considero que fue feliz, pero mi adolescencia fue un infierno. Los problemas económicos llevaron el alcohol a mi casa y la actitud de los que debían ser mis referentes se oscureció. Conviví con una familia desestructurada y disfuncional”
Consecuencias psicológicas del maltrato infantil
Durante los cinco primeros años de vida es cuando se forma lo que será su personalidad, y el maltrato influye en gran manera en dicho desarrollo. El miedo, el dolor, la falta de seguridad y la impotencia que siente el niño o niña maltratado dejan en él o ella una serie de secuelas psicológicas que arrastrará a la edad adulta a menos que sea tratado de forma correcta por un profesional.
“Recuerdo que al final ya no sentía miedo, porque sabía perfectamente cuando llegarían los golpes por el estado de embriaguez. Pero lo peor eran los escupitajos e insultos constantes que me decían que yo no valía nada.”
Existen muchas secuelas psicológicas del maltrato infantil en las personas adultas. Se notan en la forma en la que estas personas que han sufrido este tipo de abusos tienen para relacionarse con los demás y, sobre todo, en la propia percepción que tienen de ellas mismos. Una baja autoestima y una construcción negativa son las consecuencias más comunes en estas personas.
“Durante años mi autoestima estaba por los suelos. Era incapaz de abrazar, me incomodaba el contacto físico, y no fui consciente de ello hasta que un día una amiga mía me dijo que era una persona fría y distante. He superado esta parte, y ahora necesito a menudo estas muestras de cariño.”
El maltrato daña mucho emocionalmente a la persona que lo sufre, y si esta persona es un menor este daño es aún mayor, además, también puede provocar grandes disfunciones emocionales que, sin la ayuda profesional adecuada, pueden ser permanentes y condicionar a la persona y a su modo de establecer relaciones afectivas con los demás.
“Con el tiempo he mejorado, soy una persona muy alegre y sociable, pero me sigue costando confiar y vincularme plenamente con las personas de mi alrededor. A menudo estoy rodeada de personas y me siento sola.”
Efectos del maltrato infantil en la edad adulta
Las secuelas del maltrato infantil en adultos no siempre son las mismas, y obviamente un correcto trabajo terapéutico con un buen profesional puede ayudar a superarlas. Aunque no siempre es fácil. En la mayoría de los casos, las personas que han sufrido maltrato infantil suelen tener una dificultad para mostrar sus sentimientos, porque de niños o niñas solían ser obligados a esconderlos.
“Me cuesta mostrar mis sentimientos y soy incapaz de pedir ayuda, aunque la necesite. Tiendo a pensar que las persones de mi alrededor me van a rechazar si me ven débil.”
En muchos de estos casos, las personas que viven maltrato infantil mantienen conductas autodestructivas, que a la vez puede ser una señal de alerta, y estas conductas dañinas se pueden cronificar si no son capaces de superar este trauma infantil.
“Durante mi adolescencia intentaba hacer llamadas de atención. Pero nadie me ayudaba. Fumaba, bebía, me drogaba, dejaba de comer, me autolesionaba, mantenía sexo sin valorarme…pero nadie se daba cuenta de mis gritos de socorro.”
Ante el maltrato infantil hay que actuar
En el caso de sospechar que un niño o niña está siendo víctima de violencia infantil nuestra obligación como personas adultas es la de actuar ante tal situación. La actuación correcta es trasladar la información a los organismos encargados de la protección a la infancia, para que sean ellos que pongan en marcha los mecanismos oportunos. Para notificar una situación de maltrato infantil, se debe acudir a los servicios sociales básicos o de atención primaria, que son servicios especializados competentes en protección de menores o, en su ausencia, también se puede alertar al cuerpo de seguridad del estado.
«Con el tiempo se supera y se aprende a dejarlo enterrado en el pasado. Ahora tengo mejor autoestima, soy una persona feliz, y muy luchadora.»
Este artículo es meramente informativo y su principal objetivo no es más que el de visibilizar una realidad que, aunque es más frecuente de lo que parece sigue siendo un tema tabú, y eso no hace que muchas víctimas sigan callando por miedo o vergüenza.
Si has vivido o vives una situación similar, te recomiendo acudir a un psicólogo/a para que trate tu caso en particular, y te mando todo mi cariño. No estás solo/a.