Tristemente, en pleno siglo XXI, hablar de relaciones sexuales durante el embarazo todavía es un tema tabú o está lleno de falsos mitos. Durante la penetración, algunos hombres tienen miedo de hacer daño al bebé que está dentro de la barriga o afectar, de alguna manera, a su formación. Hay que aclarar que el bebé está muy bien protegido y en un estado ingrávido dentro de su piscina protectora llena de líquido amniótico, protegido por la matriz de la madre y reforzado por las paredes del abdomen. Es imposible hacer daño al bebé manteniendo relaciones sexuales. Además, el sexo durante el embarazo incluso resulta beneficioso, ya que permite que los bebés se oxigenen más gracias al aumento de riego sanguíneo durante el coito y reciben un agradable balanceo dentro del útero debido a los movimientos pélvicos.
El sexo durante el embarazo puede ser un placer tanto para madre como para bebé
Desgraciadamente, y también debido a los tabús que hay acerca de las relaciones sexuales durante el embarazo, muchas mujeres embarazadas se reprimen el aumento de deseo sexual -causado por los cambios hormonales- pensando que les pasa algo malo y poco habitual. Hay que tener claro que la intimidad sexual es una parte normal y saludable en una relación afectiva y que tiene que seguir así -mientras el profesional de la salud de referencia no diga el contrario- durante cualquier embarazo de bajo riesgo. Excepto en los embarazos de riesgo donde el personal médico prescriba a la madre reposo relativo o absoluto y le informe de que las relaciones sexuales no están recomendadas, en un embarazo normal se puede mantener la vida sexual con normalidad durante toda la gestación.
Hay que tener en cuenta que cada mujer y cada embarazo es un mundo
Los especialistas suelen coincidir que en el primer trimestre de embarazo hay una disminución del deseo sexual porque la mujer se está acostumbrando a la nueva situación y puede tener náuseas, cansancio y malestar. En cambio, en el segundo trimestre, el deseo sexual suele aumentar con los cambios hormonales porque el embarazo ya está consolidado. Pero, en el tercer trimestre, cuando se acerca la fecha del parto, el deseo vuelve a bajar por los malestares propios de un embarazo ya avanzado, la barriga ya pesa y la madre sufre más cansancio y molestias. También se tiene que tener en cuenta que los pechos están creciendo y están muy sensibles y muchas veces a la madre no le resulta agradable que se los acaricien.
En mi caso puedo confirmar eso de “cada embarazo es un mundo”. Mi primer embarazo tenía mucho deseo sexual y mantuve relaciones sexuales con normalidad hasta el final de embarazo que me mandaron hacer reposo por riesgo de parto prematuro. En cambio, en mi tercer embarazo (el segundo no llegó a término), tuve tantas complicaciones y angustias que el sexo era lo que menos me apetecía y tuve a mi pareja, como le decía yo en broma, “a pan y agua”.
Así que, como veis, el sexo durante el embarazo, si apetece genial, y si no apetece pues ya volverá la pasión en cuando se desaloje vuestro útero. En la siguiente entrada os hablo de la vida de pareja después del parto, así que podéis seguir leyendo.
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