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Sobrevivir a la temida adolescencia

Has sobrevivido’ a levantarte a las 2 de la madrugada para alimentar a su hijo o hija cuando era un lactante, a las rabietas de cuando tenía 2 años, a la etapa de «no quiero hacer los deberes». Entonces, ¿por qué la palabra ‘adolescencia’ provoca tanto miedo? Según los mitos que rondan por Internet, sobrevivir a la temida adolescencia parece que es un trabajo titánico.

Podemos considerar que la adolescencia es un período de intenso desarrollo, no solo físico, sino también emocional, social e intelectual. Por eso, es comprensible que sea una etapa a veces algo tempestuosa y confusa para muchas familias.

Pero, a pesar de las percepciones negativas que tienen algunos adultos sobre las personas adolescentes, los adolescentes son personas, unas personas llenas de energía, de ideales, con interés y curiosidad -siempre que no se la corten- y ganas de comerse el mundo.

Entender la adolescencia

Una pregunta que me hacen mucho es, ¿cuándo empieza exactamente la adolescencia? A mi personalmente no me gusta poner edades, cada ritmo de desarrollo es diferente. Hay chicos o chicas que hacen el cambio muy pronto, y otros que lo hacen muy tarde. Y es importante transmitir esa idea a las personas adolescentes, para que no se comparen con los demás y eso no afecte negativamente a su autoestima.

Uno de los estereotipos más extendidos sobre la adolescencia es que los adolescentes son chicos o chicas rebeldes e indomables que llevan constantemente la contraria a sus padres. Y es cierto que, en algunos casos, puede darse una etapa de altibajos emocionales que afecten a la dinámica familiar, pero este estereotipo no es representativo de la mayoría de los adolescentes.

El adulto somos nosotros, y somos nosotros los que debemos plantearnos nuestros actos educativos y educar para que nuestro hijo o hija aprenda a convivir de un modo respetuoso y positivo. Si la relación familiar con un adolescente en casa es tormentosa, tal vez sea un buen momento para hacerse preguntas como:

«¿Soy un padre/madre controlador/a?»

«¿Escucho realmente a mi hijo/hija?»

«Le dejo un cierto margen de libertad?»

«¿Dejo que sus opiniones y gustos sean diferentes de los míos?»

Educar a un hijo durante la adolescencia

A continuación, te doy 8 consejos indispensables para ‘sobrevivir a la temida adolescencia’ con buena nota:

  • Infórmate. Busca leer libros sobre la adolescencia, lee blogs especializados en adolescencia (como lo es este blog), o incluso realiza algún curso online para padres y madres. Estar al día sobre esta etapa te ayudará a enfrentarte a los retos que supone mucho mejor.
  • Comunícate. Como he dicho en numerosos artículos y no me cansaré de repetir, la comunicación es la clave de la educación, así como lo es la escucha activa. Escucha sus anécdotas, aunque no te parezcan importantes. Habla con tu hijo o hija de sexo, aunque te de vergüenza. Potenciar una buena comunicación en casa estrecha los lazos afectivos con tu adolescente, y esta es una de las mejores herramientas de prevención de conductas de riesgo.
  • Empatiza. Practica la empatía con tu hijo o hija. Ayúdale a entender que es normal que a veces se sienta un poco confuso o perdido, que no sepa cual es su lugar o esté preocupado. También que es normal que a veces se sienta «mayor» y otras como si todavía fuera un «niño».
  • Respeta su intimidad. Nuestros hijos no son nuestros, son individuos con identidad propia y con derecho a la intimidad. Cierto que son menores y los padres y madres somos los responsables de su cuidado, pero eso no significa que todo lo que hacen sea asunto nuestro. Respetar su intimidad es especialmente importante durante la adolescencia, y espiar a los hijos solo hará que dejen de confiar y que hagan las cosas a tus espaldas.
  • Escoge tus batallas. Prioriza qué temas son verdaderamente importantes para debatir -o discutir- y cuales no lo son. No malgastes energías, una persona adolescentes tiene más energía que tú y vas a acabar desgastándote. Por ejemplo: pelear por cómo lleva el peinado pueda que no sea una batalla importante de ganar, al fin y al cabo es su cabello y su forma de expresar su identidad. En cambio, pelear para que sea más responsable con sus labores académicos sí es una batalla importante, ¿no crees?
  • Fíjate en las señales de alarma. Observa a tu hijo o hija para detectar conductas de riesgo (alcohol, drogas, trastornos alimentarios…), su comportamiento, su estado de ánimo, y si observas algún comportamiento o actitud que cambia bruscamente y te preocupa habla con él o ella. Pero sin hacer saltar las alarmas antes de tiempo. Puede ser que simplemente tenga algo que le preocupe y puedas ayudarle. Y sobretodo, si detectas algún problema de salud mental llévale al psicólogo. Un buen profesional es vital en estos casos.
  • Cuidado con las expectativas. No es buena idea poner sobre una persona adolescentes unas expectativas demasiado cerradas que inciten a una sola dirección. Por ejemplo, como suele pasar en muchas familias, con los estudios. Hay más de una vía de futuro académico, ni todo es la universidad ni hay una dirección concreta de estudios. Lo mismo pasa con algunos deportes demasiado competitivos.
  • Pon unas normas adecuadas. Los hijos, a todas las edades, necesitan que una persona adultoa les ponga límites, y durante la adolescencia también necesitan unas normas y límites claras. Pero estas deben estar de acorde con su edad y con su nivel de madurez. Y sí, también con su conducta a modo de consecuencia. Para poner un ejemplo, si tu adolescente no cumple con sus tareas diarias asignadas, en consecuencia, como no muestra responsabilidad, se le retiren algunos privilegios, como puede ser salir por la noche.

Con estos consejos, verás como, a medida que tu hijo o hija avance por los años de la adolescencia, notarás poco a poco que disminuyen los altibajos emocionales propios de esta etapa y que la convivencia familiar con un a persona adolescente puede ser enriquecedora para todos. Podréis sobrevivir a la temida adolescencia con calma, y sin dramas. Y, al final, se convertirá en un o una joven independiente, responsable y comunicativo.

  • Cómo desarrollar las habilidades sociales en la adolescencia

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